Cuando el lunes 19 el Fiscal 41ª no apareció en su despacho ni atendía llamadas por su teléfono celular o el de su residencia, comenzaron las conjeturas. El martes la Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, pidió indagar sobre su paradero. Lo que primero pensaron es que podían haberlo secuestrado.
En vista de que no había ninguna comunicación por parte de sus familiares el nerviosismo comenzó a cundir entre los miembros de la Fiscalía 41, primero, y luego en la propia Fiscalía General de la República donde la ocupante del cargo había convertido al fiscal Nieves Capace en una de sus fichas más confiables para juzgar, con montajes ordenados desde su despacho y desde la presidencia en Miraflores, a quien osara oponerse con fuerza al gobierno de Nicolás Maduro.
Dos fuentes periodísticas, afectadas por el accionar de Nieves en sus respectivos juicios, fueron de las primeras en conocer los pasos del fiscal. Tras confirmarse el miércoles que el 19 el fiscal había tomado un vuelo regular de Laser a Aruba se encendieron las alarmas. En la Fiscalía 41 abrieron la caja fuerte contentiva de documentos, juicios, pruebas y otros elementos confidenciales y se dieron cuenta que faltaban -entre otros- los expedientes originales del accionar contra López y notas a mano con órdenes. Una fuente me confesó que más del 80% de la documentación de respaldo había desaparecido. Varias memorias extraíbles (USB) no aparecieron. La crisis en la FGR fue mayor el jueves. La jefa no salía de su asombro. No podía creer que el fiscal Nieves con el que había tenido hasta la confianza de conversarle su enemistad reciente con Cilia Flores tras haber sido reelecta en la FGR contra la voluntad de “la primera combatiente” cuya candidata era su comadre la magistrada Miriam Morandi.
La pelea por el poder en el gobierno había hecho que Ortega se tuviera que aliar a Diosdado para conseguir su apoyo y repetir al frente del Ministerio Público. Según le contó a Nieves, eso no se lo perdonó Flores. Por ello, el que su fiel mandadero en la fiscalía 41ª estuviera informando de todas las triquiñuelas autorizadas por ella y ordenadas desde la presidencia de la república, a las autoridades de los Estados Unidos no la dejaría dormir los últimos días. Casualmente el mismo padecimiento que confesó Nieves al referirse a los días antes de la sentencia montada a López por 13 años y cuatro meses de prisión.
Nieves sacó a su familia luego que las autoridades de dos agencias federales le dieran el visto bueno a los documentos que les había hecho llegar de diversos expedientes que pasaron por sus manos, las instrucciones y directrices para enjuiciar a Leopoldo López y otros dirigentes, estudiantes y políticos venezolanos. Cuando hace un par de semanas le dieron el “go” desde el Norte el fiscal preparó su salida del país.
Escogió Aruba pues nunca despertaría sospechas ya que a diario viajan funcionarios y altos dirigentes del gobierno y del PSUV a hacer mercado, comprar propiedades, vacacionar y usar los miles de dólares con los que el ejercicio del poder los ha beneficiado. Por Maiquetía “salía un funcionario rojito sin despertar sospechas” en viaje de vacaciones como cualquier otro. La cooperación que con las autoridades arubeñas tienen el FBI, la DEA, el DOT y el DOS aseguraba un expedito pase por la inmigración de EE.UU. que tiene su aduana en la isla y que así permite ingresar al territorio estadounidense como si fuera un vuelo local sin más trámite inmigratorio.
Si aquellas revelaciones hechas por el ex magistrado del TSJ, Luis Velásquez Alvaray, o las del coronel magistrado Eladio Aponte Aponte fueron oportunas, indistintamente de que a Chávez le hubiera importado un bledo pues siguió acelerando la destrucción del sistema judicial venezolano, no hay duda que para un gobierno harto cuestionado en su país y en el mundo y donde el juicio a Leopoldo López ha tenido repercusión en todo el globo terráqueo para convertirse en una “cause célebre”, lo que hable Nieves tendrá mayor trascendencia pues sucede a tan solo 42 días de las elecciones del 6D. Veremos que mas podredumbre señala.. La fiscal general dijo ayer que Nieves “ejercía su trabajo con autonomía e independencia. El Ministerio Público nunca lo presionó”.
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